La idea de que el precio de bitcoin (BTC) sigue una «regla» inquebrantable de cuatro primaveras, determinado por el halving, está siendo seriamente cuestionada por la firma de inversión Grayscale.
El mercado de bitcoin está vinculado a los ciclos del halving, evento reduce a la centro la remuneración por barrenar Bitcoin. Esto ha impresionado los ciclos en los que cada cuatro primaveras se experimentan mercados alcistas y bajistas de bitcoin. Esto quiere afirmar que a posteriori de tres primaveras de fuertes subidas, el cuarto año (2026) se convierte en la etapa de mercado bajista.
Sin confiscación, aunque el panorama es incierto, la firma cree que «la relación del ciclo de cuatro primaveras resultará incorrecta y que el precio de bitcoin podría alcanzar nuevos máximos en 2026”. El argumento central, es que este ciclo ha sido diferente desde el principio.
Esta proyección de Grayscale sugiere que la moneda digital se encuentra en medio de un «súper ciclo» impulsado por una apadrinamiento institucional sin precedentescuestionando la vigencia del tradicional ciclo de cuatro primaveras, alterando la dinámica histórica del mercado.
¿Por qué este ciclo de bitcoin rompió el molde?
El equipo de investigación de Grayscale, explica los dos grandes motivos. El primero es que, a diferencia de ciclos anteriores, «no se produjo un aumento parabólico del precio durante este mercado alcista que pudiera indicar un sobrepaso”, señala.
Para entender mejor la diferencia con los ciclos anteriores, a continuación, se presenta un esquema, que ilustra la crecimiento del precio de BTC a lo derrochador de sus ciclos históricos y la tendencia contemporáneo que, según Grayscale, carece de la irresoluto parabólica.
Mientras que en segundo empleo, la estructura del mercado de bitcoin ha cambiado. «El nuevo renta proviene principalmente de ETF y tesorerías corporativas, no de plataformas de intercambio minoristas”.
Esa transformación del flujo de cuartos es esencia para entender por qué la regla de cuatro primaveras de bitcoin podría saltar por los aires en 2026.
Los analistas de Grayscale detectan indicios de que bitcoin ya tocó fondo en noviembre. “La desproporcionalidad de las opciones de cesión de Bitcoin es muy reincorporación, especialmente para los plazos de 3 y 6 meses, lo que sugiere que los inversores ya han cubierto ampliamente la exposición a la desvaloración”, destacan.
Por otra parte, las mayores opciones de cesión directa en las tesorerías corporativas cotizan con descuento respecto al valencia liquidativo, “lo que además podría indicar un versátil posicionamiento reflexivo, a menudo un precursor de la recuperación”.
Sin confiscación, Grayscale reconoce que la demanda institucional sigue tibia. Con el interés amplio de futuros en descenso, flujos negativos en los ETF de bitcoin hasta finales de noviembre y nuevos picos de Coin Days Destroyed (CDD), un indicador que rastrea los movimientos de ventas de hodlers antiguos, conocidos como «OG» (término que se refiere a los primeros y más longevos inversores en bitcoin).
El esquema ilustra los picos en la métrica CDD (barras verticales) conexo con el precio de bitcoin, demostrando los movimientos de cesión de los OG:
“En muchos sentidos, 2025 ha sido un año excepcionalmente bueno para la industria de los activos digitales”, resume Grayscale. La claridad regulatoria en Estados Unidos abrió la puerta a una ola de inversión institucional que, según la firma, “sentará las bases para un crecimiento continuo en los próximos primaveras”.
La relación del súper ciclo de bitcoin no está sola
Existe una división de opiniones en el ecosistema sobre la vigencia del tradicional ciclo de 4 primaveras de bitcoin. Quienes argumentan su obsolescencia, como Grayscale, señalan que la inversión institucional y la viejo claridad regulatoria, principalmente desde Estados Unidos, han transformado el mercado.
Arthur Hayes, fundador del exchange BitMEX, es uno de los defensores de esta postura, asegurando que los ciclos tradicionales de bitcoin están «muertos» y el patrón fallará en 2026 adecuado a factores macroeconómicos. Él apunta a una inyección de solvencia masiva por parte de los responsables de la política monetaria en Estados Unidos y China, lo que beneficiaría al activo e impediría que se materialice el ciclo bajista de 4 primaveras.
Por su parte, Guillermo Fernandes, inversor y consejero, coincide con esta visión, señalando que el ingreso de renta de Wall Street e inversión institucional implica que el mercado de bitcoin será más propenso a los comportamientos e incentivos de los mercados públicos, como lo reportó CriptoNoticias.
Esto llevaría a ciclos menos definidos por un período de cuatro primaveras y más cercanos a los ciclos trimestrales. La perspectiva de un mercado más en línea con los incentivos trimestrales y menos dependiente del calendario del halving cobra fuerza.
Las voces contrarias no desaparecen
No todos comparten el optimismo. Henrik Zeberg, economista director de SwissBlock, advierte que “bitcoin no es el refugio seguro que muchos creen; su correlación con el Nasdaq podría arrastrarlo a una caída devastadora”.
Willy Woo, otro analista de la misma firma, asegura que “todavía queda itinerario alcista, pero esperamos un mercado bajista una vez que los mercados macroeconómicos globales cambien”.
Bitcoin alcanzó su mayor histórico de 126.000 dólares el 6 de octubre de 2025 y luego cayó hasta 80.500 dólares el 21 de noviembre, un retroceso del 32%. Según datos históricos, las correcciones promedio en mercado alcista rondan el 30%, por lo que el movimiento entra interiormente de lo habitual, señala Grayscale.
El futuro esquema muestra la crecimiento del precio de BTC desde enero de 2023 hasta finales de 2025:
Desde 2010, bitcoin ha sufrido al menos 50 caídas superiores al 10%. En el contemporáneo ciclo alcista, iniciado tras el suelo de noviembre de 2022, ya van nueve correcciones de esa magnitud. “Ha sido un período accidentado, pero no atípico”, recuerda Grayscale.
¿Qué puede desencadenar el próximo movimiento de bitcoin?
A corto plazo, la reunión de la FED del 10 de diciembre será decisiva. “Tasas de interés reales más bajas deberían considerarse negativas para el dólar y positivas para activos como el oro y bitcoin”, apunta el documentación.
Mientras que a mediano plazo, el avance del plan de ley sobre estructura de mercado de criptomonedas (Ley CLARITY) en el Congreso de Estados Unidos podría ser el catalizador definitivo.
Si las criptomonedas mantienen su carácter bipartidista de cara a las elecciones de medio término, “podríamos ver una viejo inversión institucional y, en última instancia, valoraciones más altas”, concluye Grayscale.
La perspectiva de Grayscale y otros analistas de que bitcoin superará la «regla» de cuatro primaveras en 2026 está fuertemente anclada en la crecimiento de su almohadilla de inversores con destino a lo institucional, un cambio que podría reescribir las reglas de volatilidad y crecimiento del activo digital.
