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Sunday, December 7, 2025

¿Qué pasa con bitcoin que no regresa a precios máximos?

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Se han disparado las dudas acerca del precio de bitcoin (BTC). ¿Se acabó el ciclo alcista? ¿El mayor histórico (ATH, por sus siglas en inglés) cogido el 20 de enero fue el punto más stop al que puede impresionar bitcoin en 2025? ¿O todavía queda más subida?

Mediante el prospección de datos en la dependencia puede encaminarse a algunas conclusiones que sirven para explicar qué está pasando con bitcoin y para intentar elaborar algunas proyecciones a futuro.

Glassnode, compañía especializada en el prospección on-chain de bitcoin y criptomonedas, menciona en un flamante crónica que «bitcoin entró en una grado de cachas distribución de inversionistas a principios de enero, con el puntaje de tendencia de acumulación confirmando una presión persistente del banda de la cesión».

A su vez, la compañía indica que «la viejo volatilidad, la débil demanda y las limitaciones de solvencia han impedido que se reanude una acumulación significativa, lo que refuerza los riesgos a la víctima».

Uno de los indicadores que emplea Glassnode para impresionar a estas conclusiones es el «Puntaje de Tendencia de Acumulación». Ese dibujo muestra cómo, en el pasado, varios ciclos de acumulación han sido seguidos por fases de distribución que, históricamente, conducen a una acto de precio más débil.

En la imagen a continuación se observa que la más flamante grado de distribución comenzó en enero de 2025 y todavía estaría en curso:

Detalla el crónica:

«El comportamiento cíclico de bitcoin es producto de las fases de acumulación y distribución, con la rotación del haber entre diferentes grupos de inversionistas a lo amplio del tiempo. La Puntuación de Tendencia de Acumulación rastrea estos cambios: los títulos cercanos a 1 (morado umbroso) indican una acumulación sustancial y los cercanos a 0 (amarillo) indican una distribución. El puntaje de tendencia de acumulación actualmente se mantiene por debajo de 0,1, lo que indica que hay una presión persistente del banda de la cesión».

Glassnode, empresa proveedora de datos on-chain.

Por otra parte, los analistas de Glassnode recurren al planisferio de calor de distribución de almohadilla de costos. Este planisferio lo que hace es visualizar dónde se ha formado la concentración de proposición en diferentes rangos de precios. Explica Glassnode que esto «ayuda a identificar áreas de posible soporte o resistor».

A continuación, puede hallarse el mencionado planisferio de calor:

Sobre ese dibujo, detallan los analistas de Glassnode que «los participantes del mercado acumularon BTC activamente durante los retrocesos entre mediados de diciembre y finales de febrero, especialmente en el rango de precios de 95.000 a 98.000 dólares».

Para los especialistas, «este comportamiento de negocio en las caídas sugiere que los inversionistas aún creían firmemente en la tendencia alcista, interpretando los retrocesos como pausas temporales ayer de nuevas subidas».

Pero no fue eso lo que sucedió, sino que desde mediados de febrero las condiciones se endurecieron y la confianza en la acumulación entró en etapa de damnificación.

Diversos factores oportunamente reportados por CriptoNoticias influyeron en estos movimientos de mercado. Entre ellos puede mencionarse el hackeo a Bybit, la «desavenencia de aranceles» desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y la negativa de la Reserva Federal (Fed) a someter tasas de interés.

Por todo eso, BTC fue por debajo del nivel crucial de 92.000 dólares, que —según los datos de Glassnode— representaba la almohadilla de coste del hodler a corto plazo.

Esta caída fue diferente a la precedente:

«A diferencia de la grado precedente, esta vez no hubo una respuesta significativa de negocio en caídas, lo que indica que el sentimiento había cambiado con destino a la inquina al aventura y la preservación del haber en punto de la acumulación continua».

Glassnode, empresa proveedora de datos on-chain.

Con almohadilla en los datos que recopilan y manejan, los analistas de Glassnode llegan a la conclusión de que el mercado adyacente podría tumbarse en el tiempo. «La desaparición de compras en los niveles más bajos sugiere que la rotación de haber está en marcha, lo que podría conducir a una consolidación o grado correctiva más prolongada ayer de que el mercado encuentre una almohadilla de soporte sólida», aseguran.

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Explica la empresa de métricas y prospección que «los nuevos compradores ahora dudan en absorber la presión del banda mercader, lo que refuerza el cambio de la exaltación posterior al ATH a un entorno de mercado más cauteloso».

Para Glassnode, en este contexto resulta de imprescindible importancia evaluar el graduación de miedo entre inversionistas de corto plazoparticularmente entre aquellos que entraron de forma flamante al mercado. «Comprender el comportamiento de este familia ayuda a los analistas del mercado a identificar momentos de agotamiento extremo de los vendedores, que históricamente han presentado oportunidades para los inversores a amplio plazo», sostiene Glassnode.

Con este fin en mente, los analistas estudian el Ratio de Fruto de la Salida Gastada por los Tenedores a Corto Plazo (STH-SOPR por sus siglas en inglés), que mide si los hodlers de corto plazo están gastando con beneficio (SOPR viejo a 1) o con pérdida (SOPR pequeño a 1).

Sobre esta métrica, el crónica señala lo futuro:

«Desde que los precios cayeron por debajo de los 95.000 dólares, el promedio móvil de 196 horas del STH-SOPR ha permanecido por debajo de 1, lo que sugiere que la mayoría de los inversionistas a corto plazo están realizando pérdidas. En momentos extremos, el STH-SOPR cayó a 0,97 cuando el precio se desplomó hasta los 78.000 dólares, subrayando la severidad de la capitulación».

Glassnode, empresa proveedora de datos on-chain.

Por lo tanto, según los datos que analiza Glassnode, hay un persistente impulso a la víctima que «ha dejado a los nuevos inversionistas en vilo, llevando a una cesión masiva por pánico con pérdidas».

Si correctamente esto parece placa y hasta catastrófico, el crónica de Glassnode trae poco de esperanza al explicar que «tales condiciones a menudo preceden al agotamiento particular de los vendedores, una dinámica que los inversionistas a amplio plazo pueden monitorear para agenciárselas potenciales oportunidades de reingreso».

¿Cuál será el fondo de este movimiento lateral-bajista?

Para Glassnode, evaluar la profundidad de la grado bajista coetáneo «resulta revelador». Y los analistas de la empresa hacen la evaluación mediante el uso de diversas bandas estadísticas basadas en la almohadilla de costo de los hodlers de corto plazo.

Tal como se ve en el dibujo de hacia lo alto, el orilla inferior según el maniquí establecido se sitúa entre 71.300 y 91.900 dólares. Para Glassnode «la probabilidad de que se forme un intrascendente temporal en esta zona es significativa, al menos en el corto plazo».

Pero… ¿bitcoin no era oro digital?

Dicho todo esto, algún disertador puede preguntarse por qué bitcoin está teniendo esta etapa correctiva (conexo con el mercado bancario tradicional), si supuestamente es «oro digital» y está diseñado para resistir delante escenarios macroeconómicos adversos.

La promesa de bitcoin como un activo revolucionario, una especie de refugio frente a la inflación y la inestabilidad financiera, ha sido un pilar fundamental en el discurso de sus defensores desde que Satoshi Nakamoto lo presentó al mundo en 2009.

Sin confiscación, los datos actuales muestran a un BTC tambaleándose bajo presión vendedora y sin la fortaleza que muchos (por ejemplo, el escritor Robert Kiyosaki) esperaban en un contexto de incertidumbre universal. ¿Qué está pasando? ¿Es una contradicción en su novelística o simplemente una etapa en su camino con destino a la envero? Vamos a explorarlo.

Bitcoin ha sido apodado «oro digital» por sus características únicas: su proposición está limitada a 21 millones de unidades, no depende de gobiernos ni bancos centrales, y su red descentralizada lo hace resistente a la manipulación. En teoría, estas cualidades lo posicionan como un candidato ideal para efectuar como reserva de valía, especialmente en tiempos de crisis económica, inflación descontrolada o desconfianza en las instituciones tradicionales.

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Mientras tanto, el oro físico, con su historia milenaria como refugio seguro, acaba de romper la barrera de los 3.000 dólares por guepardo en este marzo de 2025, consolidándose una vez más como el rey de los activos seguros en medio de un panorama financiero convulso. Si bitcoin aspira a ese trono, ¿por qué no está brillando de la misma forma?

La respuesta no es sencilla, pero podemos principiar por el contexto coetáneo. El mundo enfrenta tormentas económicas y geopolíticas: la «desavenencia de aranceles» impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado incertidumbre en los mercados globales; la Reserva Federal se mantiene firme en no someter las tasas de interés, y la inflación sigue siendo un desafío persistente.

En este entorno, los activos considerados «de aventura» —como las acciones tecnológicas, las criptomonedas y, sí, bitcoin— tienden a sufrir. Cuando los inversionistas buscan seguridad, corren con destino a el oro, los bonos del Hacienda o el dólar, y BTC, a pesar de sus promesas, queda atrapado en una dinámica más cercana a la del Nasdaq que a la del metal amarillo.

Para los bitcoiners más apasionados, esto puede parecer una traición a la esencia del activo. Ellos argumentan que bitcoin no debería ser supremo por su comportamiento en el corto plazo, sino por su potencial a amplio plazo.

Y no les errata razón: si observamos su historial, BTC ha mostrado una tendencia alcista impresionante desde su creación, superando crisis tras crisis y multiplicando su valía en más de una decenio.

La inflación que erosiona el poder adquisitivo de las monedas fíat, la deuda universal que crece sin freno y la impresión desmedida de moneda por parte de los bancos centrales son precisamente los males contra los que bitcoin fue diseñado para batallar. En un mundo donde el moneda tradicional pierde valía, BTC debería ser un faro de estabilidad. Pero, por ahora, el mercado no lo está tratando como tal.

¿Por qué esta desconexión entre la teoría y la sinceridad? Una de las claves está en la percepción y la envero. El oro lleva miles de abriles siendo un refugio; su valía está huecograbado en la psique colectiva de la humanidad. Puedes tocarlo, verlo, guardarlo bajo el colchón si quieres.

Bitcoin, en cambio, es un recién llegado: con casi nada 16 abriles de existenciasigue siendo un adolescente en el mundo financiero. Para muchos, sigue siendo general, un concepto que vive en la nimbo, sostenido por código y nodos que no todos comprenden. Esa errata de tangibilidad genera una barrera psicológica: mientras el oro inspira confianza inmediata, bitcoin requiere un brinco de fe en la tecnología y en un futuro descentralizado que aún no ha llegado del todo.

Por otra parte, el comportamiento del mercado refleja una lucha de narrativas. ¿Qué es bitcoin exactamente? Para algunos, es una moneda para transacciones diarias; para otros, un activo reflexivo para traders; y para un familia creciente, una reserva de valía a amplio plazo. Esta errata de consenso entre los inversionistas hace que su precio sea frágil a los vaivenes de los mercados de aventura.

Cuando el caos financiero golpea, como ahora con los aranceles y las tasas altas, el oro sube porque su rol está claro: es el contraveneno contra la incertidumbre. Bitcoin, en cambio, no tiene un guion tan definido (al menos, según la perspectiva común del mercado). A veces brilla con la exaltación de la innovación, a veces cae con el pánico de los activos especulativos. En este 2025, el caos manda, y el oro lleva la delantera.

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Bitcoin ofrece una gran oportunidad de inversión a precios bajos

Sin confiscación, no todo es desalentador. Hay señales de que bitcoin está sentando las bases para un futuro más sólido como refugio. Su red es más cachas que nunca —el hashrate está cerca de máximos históricos—, y su asimilación crece entre instituciones y hasta gobiernos.

Cada crisis económica refuerza su novelística como alternativa al sistema financiero tradicional. El flamante mayor histórico del oro podría ser un indicio de lo que está por venir: cuando el mundo investigación seguridad, los activos escasos y confiables tienden a destacar. Bitcoin tiene esas cualidades, pero necesita tiempo para que el mercado lo reconozca plenamente.

Pensemos en el ciclo coetáneo. Estamos en marzo de 2025, casi nada unos meses posteriormente del halving de 2024, un evento que históricamente ha impulsado ciclos alcistas en bitcoin. En el pasado, estos períodos han llevado a BTC a nuevos máximos, y algunos analistas creen que este ciclo aún no ha terminado.

Podríamos ver un repunte con destino a los 120.000 dólares o más ayer de que termine el año. Pero incluso si eso ocurre, no necesariamente significará que bitcoin esté siendo aceptado como un refugio al estilo del oro. Podría ser simplemente el resultado de la especulación, de inversionistas que ven una oportunidad de ganancias, no de una asimilación masiva como reserva de valía. Para que BTC efecto ese status, necesita poco más que un rally: requiere un cambio profundo en cómo lo percibe el mundo.

Aquí entra en deporte una paradoja interesante. Aunque bitcoin no está actuando como «oro digital» en el corto plazo, su comportamiento a amplio plazo cuenta una historia diferente (tal como se puede ver en el dibujo histórico de precio de bitcoin que está algunos párrafos más hacia lo alto, en esta misma publicación).

Desde su creación, bitcoin ha superado innumerables obstáculos —prohibiciones, hackeos a plataformas, colapsos de exchanges— y sigue subiendo. En escalas de tiempo más amplias, BTC ha protegido el poder adquisitivo de quienes lo han «hodleado» frente a la inflación y la devaluación de las monedas fíat. En ese sentido, ya está cumpliendo parte de su promesa como refugio, pero solo para quienes tienen la paciencia de mirar más allá de las correcciones mensuales o anuales.

Entonces, ¿es bitcoin positivamente «oro digital»? Sí, pero no todavía en el sentido pleno que muchos imaginan. El oro tardó milenios en consolidarse como el unificado de seguridad financiera; bitcoin lleva poco más de una decenio y media.

Su potencial está ahí: la escasez programada, la descentralización y la resistor a la censura lo hacen único. Pero para que el mercado lo abrace como un refugio masivo, necesita cavilar, triunfar confianza y, sobre todo, tiempo. En este 2025, mientras el oro brilla a 3.000 dólares y bitcoin lucha por encontrar un suelo entre 71.000 y 91.000 dólares, la brecha entre entreambos es evidente. Sin confiscación, esa brecha no será eterna.

El futuro de bitcoin como «oro digital» no depende solo de su tecnología, sino de cómo evoluciona la percepción universal. Cada vez que una crisis golpea y el sistema tradicional rotura, BTC deseo circunscripción. Quizás este ciclo alcista no lo lleve a cumplir del todo esa promesa, pero cada paso lo acerca más. El oro nos está mostrando lo que pasa cuando el mundo investigación seguridad; bitcoin, con paciencia, podría seguir ese camino.

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