Argentina aparece como el punto central de la expansión de los neobancos en 2026. En un país donde el dólar es un refugio frente a la inflación, las stablecoins emergen como una alternativa para que los argentinos mantengan el poder adquisitivo sin subordinarse del sistema bancario tradicional.
Los neobancos podrían rendir esta oportunidad porque su infraestructura digital y su capacidad de ascender rápido les permite ofrecer servicios innovadores que los bancos tradicionales no pueden (o al menos no con la misma velocidad).
Ayer de reanudar, definamos a los neobancos como entidades financieras bancarias (reguladas por el BCRA en Argentina) 100% digitales, sin sucursales físicas, que operan a través de aplicaciones móviles o plataformas web.
A diferencia de los bancos tradicionales, los neobancos nacieron con una infraestructura tecnológica propia basada en API y sistemas flexibles. Esto les permite desarrollar productos más rápido, actuar con costos mínimos y ascender a nuevos mercados en cuestión de semanas.
En Argentina ya operan ejemplos destacados como Ualá, Brubank y Naranja X, que concentran buena parte del crecimiento del financiero digital. Sin secuestro, hoy no pueden ofrecer productos vinculados a stablecoins o criptomonedas. Desde mayo de 2022, el Lado Central de la República Argentina (BCRA) dispuso que las entidades bajo su área no participen, directa ni indirectamente, en la ofrecimiento de criptoactivos a clientes para mitigar riesgos sobre usuarios y el sistema financiero.
Por ahora, los bancos (incluyendo neobancos) tienen prohibido ofrecer compraventa de criptomonedas, por lo que integrar stablecoins en Argentina requerirá cambios regulatorios que habiliten su uso adentro del sistema financiero.
Su avance promete modificar la modo en que los argentinos ahorran, invierten y se relacionan con el sistema financiero.
¿Por qué los neobancos apuntan a Argentina?
De acuerdo con un documentación de Moic Digital, una agencia de marketing de activos digitales, en América Latina el uso de criptomonedas “no se centra en la especulación con bitcoin (BTC), los NFT ni las apuestas con altcoins”. Encima, el documentación resalta: “Se destaca el uso de stablecoins como herramientas de reducción y cuota denominadas en dólares”.
El documentación, encima, señala que “la actividad con stablecoins representa entre el 50% y el 90% de las transacciones cripto en los principales mercados de la región”. Encima, agrega: “Piénsalo acertadamente: cuando cualquiera en Argentina o Venezuela negocio criptomonedas, no está comprando BTC esperando que suba, sino adquiriendo USDT para acogerse del colapso de su moneda restringido”.
Vale aclarar que esto final, por supuesto, no es del todo exacto, sino una exageración. Es sabido que tanto Argentina como Venezuela tienen una gran comunidad bitcoiner, que incluye hodlers de prolongado plazo y además traders o especuladores cortoplacistas con bitcoin y criptomonedas.
Pero, volviendo al documentación reseñado, las stablecoins no solo refleja un cambio cultural, sino además una oportunidad de negocio. De hecho, Moic Digital plantea que los neobancos podrían capitalizar este interés si incorporan servicios basados en las monedas digitales.
En otras palabras, la relación de Moic es que los neobancos deberían ingresar a ese segmentoofreciendo reducción, pagos e inversión en dólares digitales adentro de un entorno regulado y accesible para el sucesor global.
¿Cómo se ve esto en Argentina? Para descubrir el aberración conviene separar tenencia de uso. Según datos de Lemon (un exchange de bitcoin y criptomonedas), la composición de cartera de los usuarios locales muestra más bitcoin (33%) que stablecoins (26%) y que pesos.
Sin secuestro, cuando se observa la operativa, las stablecoins ganan relevancia por su función de reducción y cuota en dólares digitales. Es asegurar, aunque los usuarios de ese exchange tengan más BTC en sus carterasel uso común se concentra cada vez más en las monedas estables.
Desde la vocería de Lemon explicaron a CriptoNoticias que “en 2024, el panorama cambió: bajó la inflación, el dólar se estabilizó frente al peso (estabilidad cambiaria) y BTC alcanzó máximos históricos”.
“Uno podría pensar que con la calma las stablecoins perderían relevancia. Pero ocurrió lo contrario. Incluso con la transigencia del mercado cambiario en 2025, cuando se eliminó el cepo y se habilitó la negocio de dólares en bancos, el tamaño operado en stablecoins adentro de Lemon creció más de un 20% respecto al semestre preliminar”, detallaron.
Es asegurar, las stablecoins ya no son solo refugio de valencia o protección contra la inflaciónsino una infraestructura eficaz sobre la que se construyen pagos, préstamos, remesas y productos financieros globales, tal como se observa en el venidero expresivo:
En definitiva, según las observaciones de Moic Digital los neobancos ya estarían apuntando a Argentina y otros países de Latinoamérica porque la región reúne las condiciones que convierten esa relación en oportunidad concreta: una hacienda dolarizada de hecho, una población financieramente activa en el entorno digital, pero por fuera del sistema bancario tradicional; y un ecosistema de activos digitales que ya opera como sistema financiero paralelo.
Si impulsan y obtienen reglas claras para actuar con BTC y stablecoins, los neobancos estarán en condiciones de unir aún más el sistema financiero tradicional con la infraestructura digital que mueve la región.



