La Comisión de Bolsa y Títulos (SEC), organismo que regula los mercados financieros en Estados Unidos, solidifica su transformación allegado a los títulos crypherpunk que promueven entusiastas de bitcoin (BTC). Así lo dejó claro la mesa redonda que realizó el 15 de diciembre.
El evento se centró en «la vigilancia financiera y la privacidad», lo que capta el interés de los bitcoiners en el mundo que instan por beocio control del Estado. Se trató de la sexta mesa redonda del clase de trabajo sobre criptomonedas que, como reportó CriptoNoticias, creó el presidente Donald Trump.
Entre los ponentes, se pronunció la comisionada Hester M. Peirce. La misma destacó que, así como hay privacidad en el hogar, las personas quieren tenerla en sus finanzas sin intromisión del gobierno.
En este país, la clan prórroga privacidad en sus hogares; la ley establece barreras para impedir la vigilancia público de personas sospechosas de no sobrevenir cometido ningún delito. No existen expectativas ni protecciones de privacidad similares para nuestra vida financiera.
Hester M. Peirce, comisionada de la SEC.
Para la funcionaria, la equivocación de privacidad financiera es desconcertante. «La ética antiprivacidad financiera arraigada durante décadas en nuestra conciencia franquista han convertido la vigilancia masiva en una rutina en lo que respecta al sistema financiero».
La vigilancia financiera no debería estar aunque no tengas carencia que esconder
Recalcó que la clan asume, a menudo con razón, que el gobierno vigila sus transacciones financieras y lo ignora porque «no tienen carencia que ocultar». Sin bloqueo, no considera que esa recepción colectiva esté proporcionadamente.
«Nuestra degradación franquista de la privacidad financiera y las normas que la amparan necesitan un cambio, y las criptomonedas están impulsando una reevaluación», enfatizó Peirce.
Por un costado, las criptomonedas abren nuevas posibilidades para realizar transacciones sin los intermediarios financieros fundamentales para los programas de vigilancia financiera existentes. A medida que nuestras transacciones personales se desintermedian cada vez más, el gobierno recibirá menos información sobre ellas a través de los canales tradicionales. Por otro costado, las redes públicas con blockchain, en las que se realizan muchas transacciones de criptomonedas, son visibles para todos, lo que genera una demanda de herramientas que protejan la privacidad.
Hester M. Peirce, abogada miembro de la SEC.
A medida que aumenta el uso de bitcoin y las criptomonedas, el divulgado y las agencias gubernamentales pertinentes deben replantearse cuándo y cómo se vigilan las transacciones financierasapuntó. De este modo, la servidora siembra semillas para un ámbito regulatorio que ponga el acento en la privacidad:
«El gobierno no debería aceptar malas intenciones cuando las personas toman medidas para proteger su privacidad. Proteger la privacidad debería ser la norma, no un indicador de intenciones delictivas»
Según enumeró, lo que debería hacer el gobierno es: resistir la tentación de forzar la intermediación para suministrar la vigilancia financiera, evitar imponer obligaciones regulatorias (como la Ley de Secreto Bancario a un desarrollador de software que no tenga la custodia de los activos de los usuarios ni la capacidad de anular sus decisiones) y perseguir a los actores maliciosos que utilizan herramientas de protección de la privacidad con «fines nefastos».
Los avances tecnológicos amplían el debate sobre privacidad financiera
Peirce señaló además que los avances tecnológicos, como los mezcladores de criptomonedas y las pruebas de conocimiento cero, están ampliando el debate sobre la vigilancia financiera y los problemas de privacidad.
«La SEC no avala ningún producto en particular, pero comprender cómo funcionan estas tecnologías servirá de almohadilla a los responsables políticos para invadir las amenazas que enfrenta esta nación sin socavar nuestras libertades civiles», expresó.
Por su parte, el comisionado Mark T. Uyeda catalogó el tema de la mesa redonda como «de fundamental preocupación para los estadounidenses». «La historia de Estados Unidos refleja un profundo desconfianza respecto a la intromisión del gobierno en la vida privada de las personas», dijo. Esto a pesar de que los fundadores del país, indicó, buscaron proteger este derecho a la osadía mediante la promulgación de la Cuarta Rectificación a la Constitución.
«Debemos ser conscientes de no permitir un ámbito regulatorio que cree un sistema de vigilancia financiera todopoderoso que infunda en todos los estadounidenses el temor a la vigilancia constante», resaltó a tono con los ideales de los bitcoiners. No obstante, remarcó el desafío que ello conlleva.
Como parte de este desafío, Uyeda precisó que el auge de las nuevas tecnologías financieras implica que deben evaluar continuamente cómo proteger la privacidad y la osadía individual. Subrayó que la vigilancia, tanto por parte de entidades gubernamentales como privadas, plantea interrogantes fundamentales sobre la naturaleza de la privacidad individual.
Aún así, consideró que la colección indiscriminada de grandes cantidades de datos personales es incompatible con un ámbito que valora la privacidad y la independencia financiera. Por ello, ve necesario trabajar contra ello.
Las palabras de los comisionados resuenan y agradan a cypherpunks, quienes defienden el uso generalizado de la criptografía y las tecnologías que mejoran la privacidad como vía para el cambio social y político. Pero, como dice el refrán, «del dicho al hecho hay un gran trecho».
Quedará por ver que los deseos manifestados en amparo de la privacidad financiera y contra la vigilancia se lleven a la maña. De momento, lo gestado en el evento parece ir en la dirección correcta, marcando un punto de relato para el mundo que sigue de cerca a Estados Unidos.



