La seguridad de Bitcoin se enfrenta a un desafío que, aunque futurista, comienza a mover las fichas del mercado, se manejo de la aparición de la computación cuántica potente.
Recientemente, se ha observado un movimiento significativo en la distribución del suministro de bitcoin (BTC) a través de distintos formatos de direcciones, un aberración que algunos analistas interpretan no como una simple toma de ganancias, sino como una «honestidad del sistema» proactiva en presencia de el aventura cuántico.
Este movimiento, impulsado en parte por la preocupación sobre la exposición de las claves públicas en direcciones de Bitcoin, pone el foco en la carestia de una puesta al día de protocolo para consolidar la resistor a dilatado plazo.
El analista de mercados, Willy Woo, ha puesto en alerta a la comunidad sobre la inminente «era de las grandes y temibles computadoras cuánticas (BSQC, por sus siglas en inglés)». Anteriormente, la seguridad se centraba exclusivamente en la protección de la secreto privada (la frase semilla), pero Woo explica que, con la aparición de los BSQC, asimismo es crucial proteger la secreto pública.
La razón es que una computadora cuántica suficientemente avanzadilla podría deducir la secreto privada a partir de una secreto pública expuesta.
Woo señala que las direcciones Taproot actuales, que comienzan con «bc1p», incorporan la secreto pública en la dirección, lo cual las hace especialmente vulnerables al cálculo de Shor en cualquier momento. En contraste, los formatos anteriores ocultan la secreto pública tras un hash, lo que dificulta su descifrado.
Pasos concretos que sugiere Woo
Para mitigar este aventura de forma individual, Woo ha propuesto una serie de pasos provisionales para los usuarios. El primero sería crear una nueva cartera SegWit que comience con “bc1q” o utiliza formatos más antiguos que comiencen con “1” y “3”. En segundo extensión, sugiere destinar todos los BTC a esta nueva dirección segura.
En tercer, Woo propone continuar acumulando satoshis en la nueva dirección. «Nunca envíes BTC desde esta dirección, ya que al hacerlo se expone la secreto pública y se la hace débil a un ataque BSQC», expresa el analista.
Como cuarto paso, Woo cree que hay esperar a que la red Bitcoin se actualice a un protocolo resistente a la computación cuántica, un proceso que, según estimaciones, podría tardar varios primaveras.
El final paso, es que cuando la red no esté congestionada, se envíen los BTC a la nueva dirección segura cuántica que se desarrolleaceptando que, durante la breve transacción, la secreto privada se revela, aunque con un aventura de robo bajo en ese corto error.
La migración de Taproot y la «cuantificación» de bitcoin
Un claro compartido por Woo ilustra una tendencia de mercado que parece apoyar su memoria. Hay una disminución fresco en el porcentaje del suministro de bitcoin almacenado en direcciones Taproot (P2TR) desde principios de 2024.
Este retroceso en la acogida del formato más fresco, sumado a movimientos desde formatos aún más antiguos, está siendo interpretado como una señal de liquidación masiva, pero para Woo esto es una «migración proactiva de monedas con destino a formatos más resistentes».
La dialéctica detrás de esta «honestidad» es la vulnerabilidad cuántica diferencial, dice Woo. Las direcciones Taproot exponen la secreto pública de inmediato. Por otro costado, los formatos SegWit (P2WPKH/P2WSH) son considerados más resistentes, ya que solo exponen la secreto pública cuando los fondos se gastan por primera vez, permitiendo una ventana de tiempo para una posible migración o puesta al día ayer de un ataque.
Por lo tanto, el movimiento fuera de Taproot y otros formatos antiguos podría ser un esfuerzo por «cuantificar» los BTC, trasladándolos a direcciones SegWit no reutilizadas para proteger su seguridad a dilatado plazo.
La crítica a la decisión individual y la carestia de una puesta al día consensuada
A pesar de las medidas preventivas sugeridas, la firma de inversiones Capriole, a través de su fundador Charles Edwards, ha expresado su desconfianza sobre la efectividad de una táctica basada sólo en la movimiento individual del sucesor, como la propone Woo.
Edwards sostiene que, si la seguridad cuántica de Bitcoin depende de que los usuarios realicen operaciones perfectas y meticulosas, el valencia podría ser 0 dólares.
La crítica se centra en que subordinarse de la perfección del sucesor es irreal —la concurrencia es «perezosa, falible y tiene vidas»—, lo cual minaría la acogida de la tecnología al eliminar el tráfico transaccional, dice Edwards.
Encima, un aventura persistente es el 30% del suministro total de BTC que se encuentra en formatos de direcciones más antiguos y potencialmente vulnerables (p2pk o monedas perdidas), que podrían ser robados, inundando el mercado y socavando la memoria de bitcoin como «mosca duro».
Para Edwards, «la única esperanza de Bitcoin reside en una puesta al día consensuada de la red, acordada en 2026». Mientras se prórroga una decisión a nivel de protocolo, Capriole ha audaz un Índice Cuántico, un producto financiero diseñado como cobertura contra los riesgos que la computación cuántica podría idear a la seguridad de la red Bitcoin, como lo reportó CriptoNoticias.
Este índice agrupa a empresas que trabajan en el avance de tecnología cuántica, ofreciendo una forma de mitigar el temor a que ordenadores cuánticos rompan los algoritmos criptográficos que protegen la red.
