Bitcoin (BTC) atraviesa una etapa de punto institucional que, según la firma de descomposición e investigación CoinShares, representa una «transformación estructural, no especulativa» del mercado de los activos digitales.
En su más nuevo mensaje sobre prohijamiento institucional, la empresa sostiene que tanto bitcoin como ether (ETH), la criptomoneda de la red Ethereum, «ya no son activos alternativos», sino componentes estables de la cimentación financiera mundial.
El estudio describe la integración progresiva de bitcoin en los marcos regulatorios, contables y fiduciarios de las finanzas tradicionales, tras más de una decenio de cambio regulatoria, experimentación de mercado y ampliación de infraestructura.
«La prohijamiento institucional de activos digitales no ha sido una revolución repentina, sino la culminación de más de una decenio de trabajo», resume CoinShares en el documento.
El mensaje recuerda que el punto de partida de esta transformación se remonta a julio de 2013cuando los hermanos Tyler y Cameron Winklevoss (actuales directivos del exchange de criptomonedas Gemini) presentaron en presencia de la Comisión de Bolsa y Títulos de Estados Unidos (SEC) la primera solicitud para un fondo cotizado en bolsa (ETF) de bitcoin al contado. Aquella propuesta fue rechazada en 2017 por preocupaciones relacionadas con la custodia, la manipulación de precios y la vigilancia del mercado.
La verdadera consolidación se produjo el 10 de enero de 2024, cuando la SEC aprobó 11 ETF de bitcoin de firmas como BlackRock y Fidelity. Por primera vez, el activo digital pudo negociarse en cuentas de corretaje totalmente reguladas. Cuatro meses más tarde, el organismo además dio luz verde a los primeros ETF de ether (ETH) al contado, consolidando su papel como activo regulado.
Desde entonces, la cuota de mercado de BTC se ha mantenido estable —59% en octubre de 2025 frente al 58% a comienzos de 2024—, pero la estructura de ataque cambió radicalmente. CoinShares destaca que, ahora, el hacienda institucional puede modificar a través de canales regulados, transparentes y compatibles, beneficiando a bitcoin.
Según CoinShares, esta nueva grado llevó a corporaciones y fondos de inversión a tratar a BTC como un activo de reserva o colateral, comparable en propósito al oro o a los bonos del Sección del Riquezas estadounidense.
A octubre de 2025, las empresas que cotizan en bolsa sumaban en conjunto más de 1 millón de bitcoin bajo encargo, por otra parte de las reservas soberanas y las tenencias privadas no reveladas, sumándose unos 4 millones de monedas almacenadas por distintas entidades y corporaciones, tal como se ve en la ulterior gráfica:
Este engendro ha impulsado a diversas corporaciones a emitir instrumentos financieros respaldados por BTC, un paso que recuerda, según el mensaje, «cómo las reservas de oro apuntalaron los mercados crediticios» en el pasado.
Según reportes recientes de CriptoNoticias, la transacción institucional de bitcoin se disparó durante el tercer trimestre de 2025, impulsada por la expansión de los ETF y la consolidación de la contabilidad a valencia justo. Firmas como BlackRock y Fidelity acumulan posiciones crecientes, mientras que fondos soberanos y corporaciones tecnológicas amplían sus tenencias.
Reforma contable: el catalizador silencioso
CoinShares identifica un cambio contable crucial como el catalizador silencioso detrás de la expansión institucional: la modernización ASU 2023-08 de la Trabazón de Normas de Contabilidad Financiera de EE. UU. (FASB), que exige valorar los activos digitales elegibles a valencia justo. Antaño de esa reforma, bitcoin se contabilizaba como «activo intangible indefinido», lo que obligaba a investigar pérdidas sin registrar ganancias.
Con la nueva norma, las empresas pueden ahora reverberar tanto las ganancias como las pérdidas cada trimestre, igual que con los títulos tradicionales.
«Este cambio eliminó uno de los últimos grandes obstáculos para la incorporación de bitcoin en los balances corporativos», afirma el reporte. A la vez, la cambio de la custodia asegurada y la estandarización de precios de narración completaron la infraestructura necesaria para la prohijamiento institucional a gran escalera.
Una vez superada la grado de ataque regulado, CoinShares identifica una segunda etapa de prohijamiento: la solvencia programable, en la que bitcoin y ETH sirven como saco de una nueva infraestructura financiera automatizada.
La firma resalta que los bancos, administradores de activos y empresas financieras están construyendo sobre redes descentralizadas que permiten liquidaciones en tiempo efectivo, transacciones programables y cumplimiento automatizado.
«La ulterior grado de prohijamiento no se negociación de nuevos activos, sino de una nueva cimentación de solvencia: programable, compatible y mundial», destaca el mensaje.
El estudio además resalta la importancia de la Ley FIT21 (Financial Innovation and Technology for the 21st Century Act), aprobada en 2024 en Estados Unidos, que definió los activos digitales como una clase regulada específica y distribuyó la supervisión entre la SEC y la CFTC. Esta ley, inmediato con los nuevos marcos contables y los ETF al contado, conforma una estructura justo coherente que integra los activos digitales en el sistema financiero estadounidense.
CoinShares denomina este nuevo proscenio como «la pila institucional», compuesta por el ataque regulado mediante ETF y custodios calificados, la infraestructura tokenizada que permite radiodifusión y baratija en esclavitud, y la solvencia compatible en la que los activos operan adentro de marcos regulatorios y transparentes.
La firma de descomposición recalca que lo que se está produciendo «ya no es una grado especulativa, sino un cambio estructural». Bitcoin y ETH, agrega, «han pasado de ser instrumentos de exposición a convertirse en infraestructura sobre la cual se moverán valencia, garantías y datos en los mercados globales».
Ya no es un activo de hornacina
Este dictamen coincide con el descomposición del economista venezolano Daniel Arráez, entendido en bitcoin y activos digitales, quien declaró a CriptoNoticias que «BTC ya no es ese activo de hornacina usado solo por grupos reducidos o en contextos de restricción financiera».
«El cliente institucional está viendo que bitcoin se constituye en un activo de áncora. Muchos portafolios con exposición a BTC han tenido resultados positivos en los ciclos donde lo han mantenido», afirmó Arráez.
El entendido citó casos como el de Strategy, cuyas estrategias de gobierno en bitcoin han sido replicadas por múltiples empresas. En su opinión, este comportamiento confirma que el activo «ya no depende solo del impulso reflexivo, sino de una visión largoplacista y de reserva de valencia».
Consultado sobre el concepto de solvencia programable, Arráez explicó que esta etapa refleja la punto tecnológica y monetaria de bitcoin.
«Cuando tienes reglas de movilidad claras, como la radiodifusión fija de 21 millones de bitcoin y una expansión monetaria predecible, se crea un proscenio donde la solvencia se puede programar. Es proponer, puedes enterarse en qué momento habrá cierto porcentaje de bitcoin en circulación, lo que hace al activo particularmente escaso y valioso», comentó.
Según el economista, esta previsibilidad es secreto para los inversionistas institucionales y para el uso de BTC como activo colateral o de cobertura.
Estamos viendo cómo los grandes bancos y fondos integran bitcoin no por moda, sino porque sus estructuras contables y regulatorias finalmente lo permiten.
Daniel Arráez, economista especializado en bitcoin y criptomonedas.
A pesar del avance institucional, Arráez advierte que 2026 podría ser un año turbulento adecuado a la prohijamiento sin educación. Explicó que muchas empresas están invirtiendo en activos digitales que no comprenden a fondo, lo que podría derivar en problemas financieros o de encargo de custodia.
«Es probable que veamos alguna institución con resistente exposición a criptoactivos entrar en pasivo o incluso en default. Esto generará volatilidad, pero además servirá como corrección natural del mercado», alertó, al tiempo en que recomendó «priorizar la autocustodia y la formación técnica».
«Una cosa es tener exposición a bitcoin a través de un corporación regulado, y otra muy distinta es ser dueño de tus llaves privadas. Ahí es cuando te conviertes en soberano digital”, enfatizó.



