En un mundo donde la deuda estadounidense se dispara y la inflación amenaza, Paul Tudor Jones, mítico inversionista, proclama que bitcoin no es solo una moda: es un componente esencial para cualquier portafolio de inversiones.
Desde Tudor Investment Corp., que administra 16.000 millones de dólares, Jones defiende que bitcoin, inmediato al oro y las acciones, protege contra un futuro financiero incierto.
Jones destaca a bitcoin como reserva de valía y activo antiinflacionario por su diseño único. Con un suministro constreñido a 21 millones de monedas, establecido en su protocolo, bitcoin es inmune a la impresión ilimitada de capital por parte de los bancos centralesa diferencia de las monedas tradicionales.
Esta escasez lo convierte en un refugio que preserva el poder adquisitivo cuando la inflación erosiona el valía del dólar u otras monedas.
Encima, su descentralización lo protege de políticas monetarias expansivasreforzando su rol como activo antiinflacionario en tiempos de tasas reales negativas.
La tríada ganadora: bitcoin, oro y acciones
Para Jones, la secreto está en combinar activos. “Sería una combinación de bitcoin, oro y acciones ajustadas a la volatilidad”, afirmó, reconociendo que las fluctuaciones de bitcoin, más intensas que las del oro, exigen un manejo cuidadoso del tamaño de las posiciones.
Esta mezcla, asegura, es “probablemente el mejor portafolio de inversiones para combatir la inflación”. Su postura se alinea con datos recientes del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mostró un aumento mensual del 0,1% en mayo, por debajo del 0,2% esperadoy un 2,4% interanual, sutilmente superior al 2,3% de abril.
Estas cifras alimentan las expectativas de cortaduras de tasas por la Reserva Federal en 2025, un tablado que impulsa el atractivo de bitcoin como activo de stop crecimiento, como lo expuso CriptoNoticias.
Por ello, Jones argumenta que Estados Unidos, atrapado en una “trampa de deuda”, mantendrá tasas de interés reales por debajo de la inflación para aliviar la carga fiscal. Esto eleva los precios y debilita las carteras de inversión tradicionales, haciendo indispensable a bitcoin.
Un nuevo rumbo en la Fed
Mirando alrededor de Washington, Jones prevé que el presidente Trump reemplazará a Jerome Powell, cuyo mandato como presidente de la Reserva Federal termina en 2026, por un candidato de política monetaria ultraflexible.
Entre los nombres destacados están Scott Bessent, flagrante secretario del Riquezas, y Kevin Warsh, exmiembro de la Concilio de Gobernadores de la Fed. “Son nombres fabulosos”, dijo Jones, inclinándose por Bessent por su afiliación con el enfoque y cumplimiento de Trump.
Si estuviera en el sitio de Trump, Jones nombraría al “banquero central más moderado” para recortar tasas y propondría un paquete de rigidez con alzas de impuestos a los más ricos y cortaduras en Seguridad Social, Medicaid y defensa. Igualmente presionaría por tasas al 2,5%, anticipando que “los mercados lo exigirán”.
Riesgos en el horizonte
Sin secuestro, Jones advierte sobre la reforma fiscal de Trump. Aunque emblemática, podría desestabilizar los mercados bursátiles y de bonos a mediano plazo.
Esta presión, predice, forzará cortaduras de tasas en los próximos 12 meses, creando un entorno conveniente para bitcoin, qué brilla cuando los inversores buscan mayores retornos en contextos de bajas tasas.
Con esta visión, Paul Tudor Jones no solo reafirma su confianza en bitcoin como un activo antiinflacionario y reserva de valía, sino que envía un mensaje claro: ignorarlo en un mundo de incertidumbre económica podría ser un error costoso.



