Venezuela está escalando su prohijamiento de criptomonedas, pero de lo que hoy se acento sobre USDT, por ejemplo, o la expansión de servicios como los de Crixto o Kontigo, han sido precedidos por avances regulatorios sobre cómo hacer una afirmación fiscal con activos digitales o retrocesos en cuanto a la suspensión de la minería de Bitcoin (BTC).
Ese ir y venir vinculado con los activos digitales tiene un nuevo capítulo en la contemporaneidad, aunque no en la praxis, sino en las posibilidades que eso abre. Se negociación de cómo la banca en Venezuela podría acercarse directamente a las criptomonedas. Sin duda es un tema que despierta interés, aunque la conversación está muy temprana todavía.
El origen del debate inició cuando Rodolfo Gasparri, presidente de Conexus, empresa especializada en el procesamiento de transacciones electrónicas, reveló que su ordenamiento estaba trabajando en una plataforma que les permitiera a los bancos nacionales tratar con activos digitales. Esto enmarcado, no obstante, en que en Venezuela aún no existe una regulación sobre el tema.
Con este panorama como contexto, voces como la del economista Asdrúbal Oliveros subrayan que la prohijamiento masiva de USDT en Venezuela y su posible vinculación con la banca pasa inexorablemente por un situación regulatorio sólidocapaz de unir a las instituciones financieras tradicionales con el mundo de las criptomonedas.
Oliveros, socio-director de Econanalítica, ve con optimismo la iniciativa de Conexus de desarrollar una aplicación basada en blockchain para que los bancos custodien USDT y otras criptomonedas. Sin confiscación, su ojeada viene precedida por establecer reglas claras. Consultado por CriptoNoticias sobre este punto comentó:
Creo que es interesante que se plantee esto. Por supuesto tiene desafíos operativos, pero sobre todo regulatorios. La banca en Venezuela es un sistema fuertemente regulado, no solo por un organismo sino por varios, en este caso el Asiento Central de Venezuela (BCV), la Superintendencia de las Instituciones del sector bancario (Sudeban) y la Superintendencia Franquista de Criptoactivos (Sunacrip); primero hay que regular.
Asdrúbal Oliveros, economista venezolano.
Más allá de los servicios que ofrecen las plataformas de criptomonedas Crixto y Kontigo, empresas autorizadas por el Estado venezolano para tratar en el país, Oliveros es de los que opina que ese hornacina debe expandirse aún más, incluyendo a la banca franquista.
El diestro considera que ampliar esta propuesta, incluyendo a los bancos, no solo daría profundidad al ecosistema, sino que beneficiaría directamente a los usuarios, facilitando accesos más seguros y eficientes a activos digitales en un país donde el USDT ya actúa como refugio contra la volatilidad cambiaria. Pero recalca, «primero tiene que definirse el situación regulatorio».
Este vehemencia en la regulación resuena con el sandbox propuesto por Conexus, un entorno de pruebas controladas que podría ser supervisado por el BCV y la Sudeban, diseñado para detectar fallas y evaluar volúmenes de transacciones con USDT u otros activos digitales.
Oliveros advierte, sin confiscación, que para alianzas más ambiciosas —como las que podrían darse entre exchanges y bancos— «el regulador tiene que mostrar disposición», ya que la banca no puede realizar sin la anuencia explícita de estos organismos.
Hay regulación para exchanges de criptomonedas, no para la banca
Las múltiples regulaciones de activos digitales en Venezuela son variadas y pasan por un Decreto Constituyente sobre Criptoactivos y la Criptomoneda Soberana Petro, Decreto Constituyente sobre el Sistema Integral de Criptoactivos, Regulaciones Fiscales e Impositivas o la firma de la minería de Bitcoin. Igualmente hay disposiciones para los exchanges y normas que se rigen por el Clase de Obra Financiera Internacional (GAFI).
Más allá de toda esta articulación legislativa, las leyes actuales no establecen una vinculación con el sistema financiero franquista y los activos digitales de forma directa. Poco que incluso resalta el divulgador Aníbal Apuesto, profesor y director de la Agrupación de Blockchain, Trading y Criptoactivos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Me mantengo a la expectativa de todos los procesos de integración. Nosotros tenemos una regulación que en este momento no es tan permisible para el caso de integrar a la banca como un actor activo, cosa que no ocurre así con las casas de intercambio. La nueva (de Conexus) me parece positiva, sin confiscación, hay que valorarla y medirla en su certamen dimensión.
Aníbal Apuesto, bitcoiner y profesor venezolano.
De acuerdo con el normativo, Venezuela no puede implementar estos «procesos de la tinieblas a la mañana, se requiere una preparación importante desde el punto de presencia tecnológico».
Oliveros y Apuesto coinciden en que el tema aún está en una período muy temprana y que desliz mucho para ver que los bancos ofrezcan servicios con criptomonedas como la stablecoin USDT o incluso Bitcoin.
Más allá de esta efectividad, la pregunta obligada es ¿qué tipos de servicios podría ofrecer la banca de Venezuela con criptomonedas en caso de tener las regulaciones necesarias? Apuesto contesta:
«Los tipos de negocios que se pueden hacer son amplios desde custodia, remesas o dispersión de pagos». Para Oliveros se abriría una puerta para mecanismos para las wallets de criptomonedas, nuevos mecanismos de asignación de divisas, integración con mecanismos de pagos como tarjetas o incluso transferencias con stablecoins.
De momento, para que la banca en Venezuela tome un rol protagónico en su vinculación con las criptomonedas, primero debe transitarse por el camino de la regulacióneste podría retrasarse meses o abriles, poco que dependerá de qué tan importante se vea esta oportunidad de prohijamiento en el país.
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El reportero Jesús Herrera contribuyó con este artículo desde Caracas, Venezuela.



