El día de ayer, la Comisión de Bolsa y Títulos (SEC) anunció, de forma oficial, que ha desestimado el querella que tenía en curso contra Coinbase, lo que refuerza el enfoque renovado en torno a las criptomonedas que la entidad ha promovido desde el regreso de Trump al gobierno. Ya en uno de sus primeros comunicados, la Comisionada Hester Peirce, líder del Clase de Trabajo de Criptomonedas de la agencia, había comentado que adoptarían una postura más abierta y proactiva, y que las demandas en curso en torno a las empresas del sector serían revisadas. Poco a poco, muchas han sido desestimadas o pausadas.
La disputa entre la SEC y el exchange comenzó en 2023, cuando el organismo demandó a la empresa, acusándola de simplificar ilegalmente la transacción y saldo de títulos de criptoactivos. Según la institución, en ese entonces dirigida por Gary Gensler, Coinbase ofrecía servicios de intercambio, corredor y compensación sin suceder registrado adecuadamente estas funciones con la Comisión, tal como exige la reglamento. En aquel momento, Gurbir Grewal, quien encabezaba la división de cumplimiento de la entidad, señaló que la firma sabía que las leyes de títulos se aplicaban a sus actividades, pero aun así se negó a cumplir con ellas.
A medida que la Comisión y el intercambio avanzaban en su proceso lícito, el panorama se volvía cada vez más complicado. Meses posteriormente de que se hiciera pública la demanda, la Asociación de Administradores de Títulos de América del Finalidad (NASAA) presentó documentos que respaldaban la interpretación de la SEC. En ellos, se aseguraba que el manotear de Coinbase habían expuesto a los inversionistas a riesgos innecesariosy que las monedas digitales debían estar sujetas a la misma regulación que cualquier otro activo financiero. En un escrito firmado por el principal asesor de la NASAA, Vicente Martínez, se afirmaba que «los criptoactivos no eran significativos ni especiales», y que la SEC podía aceptar su supervisión conforme a las leyes ya establecidas.
Para 2024, la tensión en esta batalla lícito había apurado un nivel estremecedor. Representantes de Coinbase presentaron un documento frente a el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos, exigiendo a la Comisión de Bolsa y Títulos que estableciera parámetros claros y transparentes para la industria. Desde Coinbase subrayaron que la agencia parecía estar enfocada en imponer un control excesivo sobre las empresas que operan con criptoactivosutilizando reglas ambiguas que generaban confusión. La situación se intensificó tanto que algunos miembros del exchange llegaron a afirmar que la SEC tenía la intención de «destruir la industria de las criptomonedas».
Con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, las cosas comenzaron a cambiar. Una de las primeras acciones fue el nominación de Mak Uyeda, representante del Partido Republicano, como presidente momentáneo de la SEC —mientras se resolvía la nominación de Paul Atkins, el candidato preferido por el presidente para liderar el organismo a extenso plazo—. Uyeda ya era conocido por sus críticas a la postura agresiva que Gary Gensler había acogido en torno a el sector de los criptoactivos, y con su presentación incluso se formalizó la creación de un Clase de Trabajo de Criptomonedas, liderado por la Comisionada Hester Peirce.
Según la Comisionada, su mecanismo se encargará de desarrollar políticas claras y fomentar un entorno en el que los inversores no tengan que temer al éxito. Peirce pidió paciencia y reconoció que revertir muchos de los excesos cometidos llevará tiempo, aunque se mostró confiada en que, trabajando cercano a reguladores y usuarios, se lograrán buenos resultados en un plazo legítimo. Por otra parte, afirmó que varios de los litigios en curso contra empresas de criptomonedas serían revisados. Este enfoque comenzó a materializarse en los últimos días, con empresas como Uniswap y Robinhood celebrando la suspensión de sus procesos legales.
Coinbase no fue desconocedor a estas celebraciones. Hace casi nada unos días, Brian Armstrong, CEO de la empresa, anunció que la SEC le había comunicado su intrepidez de desistir la querella en curso. Armstrong explicó que, aunque la intrepidez debía ser avalada por los comisionados del organismo, tenían grandes expectativas de alcanzar una triunfo que tuviera un impacto significativo en la industria de las criptomonedas. Una semana posteriormente, el líder de Coinbase puede presumir, esta vez con comunicado oficial en mano, de dicho triunfo.
En el anuncio oficial de la SEC, Mark Uyeda confirmó la desestimación del caso y aseguró que el organismo continuará trabajando para corregir el rumbo desacertado que había seguido en los últimos primaveras.
Durante los últimos primaveras, las opiniones de la Comisión sobre las criptomonedas se han expresado principalmente a través de acciones de ejecución sin involucrar al manifiesto en genérico… Es hora de rectificar este enfoque y desarrollar la política de criptomonedas de guisa más transparente. El Clase de Trabajo de Criptomonedas está diseñado para hacer precisamente eso.
Mark Uyeda, presidente momentáneo de la SEC.
Tras primaveras de tensiones legales y regulatorias, el final de este conflicto sugiere que la regulación de los criptoactivos está tomando un rumbo más ponderado y transparente. A medida que el Clase de Trabajo de Criptomonedas avanza en su tarea, se abre un camino en torno a un futuro en el que las empresas del sector perfectamente podrían ejecutar con veterano claridad y certidumbre, lo que beneficiaría tanto a los inversores como a la industria en su conjunto. La batalla ha concluido, pero sus repercusiones seguirán moldeando al sector durante un buen tiempo.
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