Estamos siendo testigos de una subida en las tensiones internacionales oportuno a la «hostilidades de aranceles» impulsada por las políticas económicas de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Mientras los titulares hablan de impuestos a las importaciones, represalias comerciales y una caudal universal tambaleante, un engendro aparentemente desconectado puede citar la atención de algunos: la caída del precio de bitcoin (BTC).
El posterior descriptivo, provisto por TradingView, muestra cómo se ha comportado BTC desde que se desató esta hostilidades de aranceles.
A primera aspecto, podría parecer ilógico. ¿Qué tiene que ver una moneda digital, diseñada para ejecutar al ganancia del sistema fíat, con las disputas arancelarias entre naciones? La respuesta revela mucho sobre la etapa contemporáneo de apadrinamiento de Bitcoin, su percepción en el mercado y su proceso como activo financiero.
Satoshi Nakamoto lanzó Bitcoin en 2009 como una alternativa al sistema financiero fíat, basado en bancos centrales y monedas controladas por gobiernos.
Con un suministro menguado de 21 millones de unidades y sin dependencia de intermediarios, BTC se percibe como una moneda resistente a la inflación y a las manipulaciones políticas, una especie de «oro digital».
En teoría, eventos como una hostilidades de aranceles no deberían tener un impacto directo en BTC. Luego de todo, su valía no está amarrado a la caudal de ningún país ni a las decisiones de Donald Trump.
Sin retención, la existencia del mercado cuenta una historia diferente. La secreto está en cómo el mercado universal percibe y utiliza a bitcoin en la ahora.
A medida que BTC fue creciendo en popularidad y valía —pasando de ser un experiencia de hornacina a un activo con una capitalización de mercado de cientos de miles de millones de dólares—, ha atraído la atención de grandes jugadores financieros.
Al momento de esta publicación, tal como puede encontrarse en la posterior infografía, BTC es el noveno activo financiero más valioso del mundo, según su capitalización de mercado:
Fondos de inversión, bancos y empresas como BlackRock, Fidelity, Strategy y Tesla han entrado al colecciónya sea invirtiendo directamente en BTC o lanzando productos financieros relacionados, como ETF. Este ingreso masivo de caudal institucional ha cambiado la dinámica del activo.
Para estos inversionistas, BTC no es trillado necesariamente como el «oro digital» que los bitcoiners maximalistas defienden, sino como un activo de aventura, comparable a una movimiento tecnológica de parada crecimiento.
En Wall Street, BTC se negocia más como si fuera una billete en una puesta en marcha disruptiva que como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre. Esta percepción tiene implicaciones profundas: cuando las condiciones macroeconómicas se deterioran —como ocurre con una hostilidades de aranceles que amenaza el comercio universal y genera temores de recesión—, los inversionistas tienden a deshacerse de los activos de aventura en atención de opciones más conservadoras, como bonos del Caudal de Estados Unidos o el oro.
Aquí es donde diverge el comportamiento de bitcoin del oro tradicional. Mientras que el oro tiende a subir de precio durante períodos de inestabilidad económica o geopolítica —reforzando su status como reserva de valía—, bitcoin a menudo cae adyacente con los mercados bursátiles.
El posterior descriptivo muestra cómo el oro ha traumatizado nuevos máximos históricos durante la trayecto en curso, tal como CriptoNoticias lo reportó esta mañana:
Una etapa temprana de apadrinamiento
Este comportamiento contraintuitivo no significa que bitcoin haya fallado, sino que refleja una etapa muy temprana en su ciclo de apadrinamiento.
A pesar de sus más de 15 abriles de existencia, BTC sigue siendo un activo adolescente y volátil, allá de alcanzar la estabilidad y saludo masiva que caracterizan al oro.
Mientras que el metal precioso lleva milenios siendo agradecido como un refugio seguro, bitcoin aún está luchando por establecerse en la conciencia colectiva como poco más que una reto especulativa.
La correlación de BTC con los mercados tradicionales de aventura sugiere que, por ahora, no ha acabado desvincularse completamente de las dinámicas del sistema financiero que rastreo trascender.
Sin retención, esto no es necesariamente una mala novedad. Las caídas de precio asociadas a eventos como la hostilidades de aranceles son una señal de que el mercado aún no comprende del todo el potencial de BTC como reserva de valía a extenso plazo. Para quienes sí lo entienden, esto representa una oportunidad.
Las caídas como oportunidades para acumular sats
Cada vez que el precio cae —ya sea por aranceles, tensiones geopolíticas o cualquier otro divisor macroeconómico—, los bitcoiners ven una ventana para acumular más sats (mínima mecanismo de BTC) a precios bajos.
La deducción es simple: si bitcoin está destinado a convertirse en el «oro digital» y su suministro está menguado, las correcciones actuales son solo baches en un camino recto a extenso plazo.
Esta mentalidad se plinto en la creencia de que, con el tiempo, BTC madurará como activo. O, mejor dicho, que el mercado entenderá masivamente su utilidad.
A medida que más personas e instituciones lo adopten, ya sea como protección contra la inflación o como una alternativa al sistema bancario, su volatilidad disminuirá y su papel como reserva de valía se consolidará. La hostilidades de aranceles de Trump, aunque presiona el precio a la disminución en el corto plazo, podría incluso acelerar este proceso al exponer las vulnerabilidades de las monedas fíat y los sistemas económicos tradicionales.
El potencial del oro digital
Bitcoin tiene el potencial de convertirse en una reserva de valía universaldescentralizada y resistente a las manipulaciones de los gobiernos. Sin retención, ese futuro depende de varios factores, incluyendo una veterano apadrinamiento, una infraestructura más robusta y, sobre todo, un cambio en la percepción del mercado.
Mientras los grandes inversionistas lo traten como una movimiento tecnológica, bitcoin seguirá siendo pasivo a las turbulencias macroeconómicas, como las provocadas por los aranceles de EE. UU.
Para los creyentes en la visión de Satoshi Nakamoto, cada caída es un recordatorio de que el delirio de BTC escasamente está comenzando y una invitación a seguir acumulando sats mientras el mundo se pone al día con su potencial revolucionario.
