China ha hexaedro un nuevo paso en su logística para expandir el uso de su moneda digital, con la inauguración de un centro de operaciones en Shanghái.
La trámite del centro estará a cargo del Instituto de Moneda Digital del Bandada Popular de China, responsable de diseñar y sustentar la infraestructura transfronteriza del e-CNY.
De esta forma, la entidad se dedicará a avalar la conexión del esquema con sistemas financieros tanto nacionales como internacionales, así como promover el ampliación del mercado financiero vinculado al mismo.
En el entorno de esta comprensión, el Bandada Popular de China destacó tres iniciativas esencia para impulsar la internacionalización de su CBDC (moneda digital de bandada central).
La primera es una plataforma digital de pagos transfronterizos, diseñada para explorar el uso del e-CNY y aumentar la eficiencia de las transacciones internacionales.
La segunda es una plataforma de servicios que permitirá realizar pagos directamente on-chain y estandarizar la transferencia de información entre diferentes espacios.
Finalmente, la tercera es un sistema de activos digitales que ayudará a expandir la infraestructura financiera existenteofreciendo servicios de criptomonedas estandarizados y listos para usar.
«El ampliación de sistemas monetarios y de pagos en la era digital es una tendencia histórica preciso», declaró Lu Lei, vicegobernador del Bandada Popular de China (PBOC), durante una conferencia de prensa.
El centro activo internacional del e-CNY además servirá como motor para consolidar a Shanghái como un espacio financiero de calibre integral. Según Wu Wei, vicealcalde ejecutor de la ciudad, Shanghái aprovechará las plataformas y servicios del circunscripción para expandir continuamente los casos de uso del yuan digital y potenciar su nivel de acogida e internacionalización.
Vale destacar que China fue una de las primeras economías en introducir una moneda digital emitida por su bandada central, con pilotos iniciados en 2019 en algunas ciudades seleccionadas.
Hasta ahora, el e-CNY se utiliza principalmente para pagos cotidianoscomo transporte notorio, salarios, compras minoristas y transferencias gubernamentales.
No obstante, el pasado abril se dio a conocer que el titán oriental lanzó un sistema de balance transfronteriza basado en su CBDC, conectando a 16 países de la ASEAN y Oriente Medio.
La iniciativa incluyó a naciones como Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia, entre otras.
La medida se implementó en medio de tensiones comerciales con Estados Unidospaís que impuso aranceles a gran parte de estos territorios, y fue reportada por CriptoNoticias.
Es en gran parte adecuado a las tensiones comerciales y tecnológicas con Estados Unidos, que Pekín ha reforzado sus esfuerzos para promover la acogida internacional del yuan digital y consolidar a Shanghái como un centro financiero integral.
«La comprensión del centro en Shanghái no solo agilizará los pagos internacionales, sino que además fortalece el papel de la ciudad como centro financiero de calibre integral», destacó Lu.
Vale aclarar que la comprensión de este centro ya se había anticipado en junio, cuando Pan Gongsheng, director del Bandada Popular de China, señaló que las tecnologías digitales han puesto de manifiesto las limitaciones de los sistemas tradicionales de pagos internacionales, los cuales resultan vulnerables a influencias políticas y a sanciones unilaterales.
El funcionario afirmó que Pekín escudriñamiento un sistema monetario multipolar, donde varias monedas puedan coexistir con protagonismo, aumentando la resiliencia del comercio internacional frente a shocks y presiones geopolíticas.
Metálico digital y la pérdida de autonomía financiera
Es importante señalar que, cuando se proxenetismo de una CBDC, el gobierno emisor mantiene control total sobre la moneda y tiene camino a los registros de todas las operaciones realizadas por los usuarios.
Esto significa que cada transacción, desde pagos cotidianos hasta transferencias internacionales, puede ser monitoreada y registrada, lo que plantea cuestionamientos sobre la privacidad individual y la supervisión financiera centralizada.
Con camino total, un gobierno podría congelar cuentas o cortar transacciones de individuos o empresas sin exigencia de intervención procesal inmediata, poco que no ocurre con sistemas monetarios tradicionales basados en efectivo.
